Después de mucha espera, de baños con olas enanas, o reventado de
viento, o las dos cosas, o de días sin olas, por fin el mar nos regaló
un baño más que decente.
No hay más remedio que la resignación, no hay mayor esperanza que usar un corchopán, o un tablón; algo con muchos litros que consiga remolcarte mansamente en estas olas tan flojas que rompen durante la semana.
Con unas previsiones que indicaban olas cercanas al metro de altura, periodos de 12 segundos, y vientos flojos, lo que nos hemos estado encontrando estos días ha sido algo diferente.