Continuamos con mares ordenados, vientos flojos, y olas no excesivamente grandes, condiciones más comunes en épocas estivales que estando en pleno invierno.
Hay veces que el mero acto del surfing supone una inversión de todo el
día, incluso de los días anteriores, y todo ello no te asegura pegarte
un buen baño, y hay otros que simplemente te acercas a la playa y aciertas.
No hay mejor regalo que pueda recibir un surfista que la posibilidad de pegarse un bañito el día de Navidad, escapando así del estrés y el bullicio de estos días.
Me equivoqué en mis previsiones y durante todo el fin de semana estuvieron rompiendo olas más que surfeable con vientos suaves de tierra, acompañadas de temperaturas prácticamente primaverales.
Después de mucha espera, de baños con olas enanas, o reventado de
viento, o las dos cosas, o de días sin olas, por fin el mar nos regaló
un baño más que decente.