Me equivoqué en mis previsiones y durante todo el fin de semana estuvieron rompiendo olas más que surfeable con vientos suaves de tierra, acompañadas de temperaturas prácticamente primaverales.
Después de mucha espera, de baños con olas enanas, o reventado de
viento, o las dos cosas, o de días sin olas, por fin el mar nos regaló
un baño más que decente.
No hay más remedio que la resignación, no hay mayor esperanza que usar un corchopán, o un tablón; algo con muchos litros que consiga remolcarte mansamente en estas olas tan flojas que rompen durante la semana.