¿Quién era Marcio Freire, el surfista que murió en Nazaré?
Fallecido el pasado jueves en Nazaré, el brasileño Marcio Freire, tenía 47 años, era un surfista un tanto atípico.
Varias veces campeón de surf en su estado de Bahía, al norte de Río de Janeiro, el brasileño Marcio Freire dejó su país en 1998, a los 23 años, para emigrar a Hawai, la meca del surf. Allí permaneció hasta 2020, cuando regrese al país porque echaba de menos su país.
Afincado en la isla de Maui durante 22 años, nunca se ganó la vida surfeando, ni compitiendo. Entre cada sesión de surf, este surfista con cierto sobrepeso hilaba trabajos de jardinero, instructor de buceo o incluso guía turístico. Tenía dos hijas.
Aunque participó en campeonatos en su juventud, Marcio Freire prefirió quedarse en el camino del freesurf cuando emigró a Hawaii. Aunque se definía como surfista profesional, no tenía contrato con ningún patrocinador.
En la isla de Maui pasó mucho tiempo, desde finales de los 90, en la mítica ola de Jaws (Peahi), el patio de recreo de un tal Laird Hamilton. Si bien este último siempre ha sido muy apegado a la seguridad -y luchó para que los surfistas del spot fueran acompañados por un compañero en una moto de agua-, a Freire siempre le ha gustado lanzarse a las entrañas del monstruo sin chaleco de seguridad.
En Peahi, solía surfear con sus dos mejores amigos: Danilo Couto y Yuri Soledad. El trío también tuvo el honor de ser los protagonistas de un documental.
En Peahi, solía surfear con sus dos mejores amigos: Danilo Couto y Yuri Soledad. El trío también tuvo el honor de ser los protagonistas de un documental.
Mad Dogs , estrenada en 2016, cuenta cómo y por qué Freire, Couto y Soledad lo dejaron todo para conquistar Jaws. "Perro rabioso" (Mad Dog) por cierto se convirtió en el apodo de Freire debido a su coraje y al hecho de que no ser muy amigo de las medidas de seguridad.
“No teníamos seguridad”, dijo Marcio Freire a Red Bull. "Fue puro coraje impulsado por el deseo de surfear sobre una ola enorme. Había muchos riesgos sin la seguridad adecuada. Si ocurriera un accidente, sería el final del viaje. Nada nos obligó a hacer lo que hicimos. Fue por nosotros mismos, por nuestra satisfacción personal”, dijo el deportista.
“No teníamos seguridad”, dijo Marcio Freire a Red Bull. "Fue puro coraje impulsado por el deseo de surfear sobre una ola enorme. Había muchos riesgos sin la seguridad adecuada. Si ocurriera un accidente, sería el final del viaje. Nada nos obligó a hacer lo que hicimos. Fue por nosotros mismos, por nuestra satisfacción personal”, dijo el deportista.
Nazaré era una ola que conocía muy bien ya que hacía varios viajes al año para surfearla.
Vía L'Equipe