A la desesperada

Lejos de la búsqueda de olas perfectas, el surfista de a pie busca solo sobrevivir.

Marzo no ha sido un buen mes de olas. Lluvia y tormentas, el viento, o simple el mar plato, han hecho que hayan sido muy pocas las sesiones decentes que me haya podido pegar. Un par de baños guarros y poco más. Ay, si hubiera tirado a Laredo en fin de semana pasado.

 

Ayer, que parecía que había parado un poco el viento, y que se veían algunas pequeñas olas en la playa, decidí, a la desesperada, enfundarme el traje y tirar al agua  con algo con volumen.

 

Fue, evidentemente, un baño malo, con pocas olas, casi todas cortas, y en algunos momentos abrumados por la cantidad de gente que se podía reunir en una ola con tan poca calidad, pero aun así sentó bien, suficiente para aguantar los próximos días de mal viento que llegan.  Eso sí, la semana que viene no pinta nada mal.