Un grupo de delfines manda al hospital a un surfista

Los hechos sucedieron el pasado 29 de diciembre, mientras surfeaba en las olas de Emerald Beach, en Nueva Gales del Sur, Australia, cuando Anderson estaba surfeando con su padre. 

 

Ya al final del baño, cuando su padre estaba en la orilla y Anderson esperaba para coger la última, fue tumbado por un grupo de delfines.

 

De repente, una manada de unos 20 delfines se abalanzó sobre Anderson, impulsados por el frenesí de la pesca, y lo derribaron de su tabla. "Fue como si me hubiera atropellado un coche". Anderson quedó inconsciente debido a la colisión.

 

“Vinieron de la nada y uno de los delfines mordió mi tabla. Fui golpeado en varias ocasiones, así que no recuerdo mucho desde el ataque y hasta que acabé en la playa”, contó el joven al Daily Mail.

 

Cuando logró recobrar el conocimiento, Anderson pensó que habían sido tiburones los que intentaron tirarlo de la tabla de surf para devorarlo, debido a que los ataques de escualos son relativamente comunes en la zona.

 

“En cuanto recuperé la conciencia, comencé a contar mis costillas y comprobar si tenía alguna herida. Todo el cuerpo me dolía un montón, pero también estaba confundido, porque pensé que había sido atacado por tiburones”, relató.

 

Los ataques de delfines son extremadamente raros, pero casi siempre están motivados por la escasez de alimento en el mar. Su estrategia de caza suele ser nadar muy rápido para hacer que los peces de aguas profundas salgan a la superficie.

 

Anderson fue trasladado a un hospital local, donde fue tratado por múltiples contusiones, pero ninguna puso en riesgo su integridad.  

"Es su territorio, no el mío", aseguró posteriormente Anderson.