¿Se debe cobrar por los rescates?

Con el rescate de la semana pasada en una playa de Cantabria ha resurgido el debate sobre el cobro de los rescates de surfistas.

 

El Gobierno de Cantabria estudiará si el surfista rescatado el pasado domingo incurrió en una conducta imprudente o de riesgo para determinar si procede imponer algún tipo de cobro por el rescate, en la que participó un amplio equipo de rescate.

 

El surfista madrileño de 30 años fue rescatado en una playa de Suances cuando la comunidad autónoma estaba en alerta naranja.

 

En el rescate, el 112 movilizo dos helicópteros, el del Gobierno de Cantabria y el de Salvamento Marítimo, además de la Policía Local de Suances, Bomberos de Torrelavega, Guardia Civil y los equipos de intervención terrestre de protección civil del Gobierno de Cantabria.

 

El Ejecutivo cántabro estudia ahora si el joven incurrió en una imprudencia y por ello podría abrirle expediente para cobrarle una tasa por el rescate, aunque también aclaran que todavía es demasiado pronto.

La ley de Cantabria 11/2020 especifica que solo la movilización de un helicóptero de rescate tiene un coste de 1.906 euros, a los que hay que sumar otros 1.906 por cada hora de vuelo. A este importe habría que sumar el coste de movilizar el resto de equipos.

 

Hasta la fecha, en Cantabria solo dos casos han terminado con el cobro de tasas por parte del Gobierno de Cantabria, uno por una pareja rescatada en la nieve sin el equipo adecuado, y el último en junio de 2023, el de un grupo de espeleólogos que tuvo que ser evacuado de una cavidad en Soba.

Pero no ha sido el único caso que ha habido en España en las últimas semanas. Tres casos ha habido en Fuerteventura, uno de ellos con resultado de muerte, y en el último año ha habido casos en Galicia, Asturias, Cantabria, y Euskadi.

Tres surfistas sin poder salir ayer del agua y aislados en unas rocas en playa La Cristina de Valdoviño (A Coruña). CCS Coruña moviliza el Helimer 204, que los rescata y traslada hasta Alvedro, donde espera una ambulancia. Uno de ellos presentaba cortes y un golpe en la cadera. pic.twitter.com/W6fT8p2301

— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) October 30, 2020

Pero este caso ha reavivado el debate sobre si es adecuado el cobrar por este tipo de rescates. Por un lado, está claro que esta medida puede disuadir a personas a entrar al agua en situaciones adversas, que en las que en caso de tener algún problema y necesitar ser rescatado pone en riesgo a los equipos de rescate, pero, por otro lado, también podría disuadir a personas en peligro de pedir ayuda por temor a las sanciones económicas.

 

El coste fundamental de un accidente no es el rescate en sí, no es el helicóptero, o la movilización de los equipos de rescante, sino la hospitalización, las operaciones, las bajas laborales, las pensiones de invalidez, etc. Imaginemos que un surfista inexperto se mete al agua en el momento y el lugar equivocado, no puede salir después de luchar contra las corrientes y agotado, pide auxilio. Llega el helicóptero y en pocos minutos lo deja en tierra firme, para que vuelva andando a casa. Y todo se acaba ahí. Si el surfista sabe que le van a cobrar el rescate porque ha sido negligente, intentará salir por sus propios medios, cansado y nervioso, arriesgando demasiado y seguramente tendrá un accidente. 

 

Entonces, a los contribuyentes no solo les costará el viaje del helicóptero, sino, además de ese viaje, ocho semanas de hospitalización, tres operaciones, varios meses de baja laboral, y en el peor de los casos hasta una pensión de invalidez y su falta de productividad durante toda la vida. Lo que hace falta es prevención.

 

Lo importante es que cada surfista sea consciente de sus limitaciones y las condiciones del mar que habrá antes de entrar al mar. Como siempre digo, hay que saber cómo se va a salir, antes de entrar al agua. Y un seguro, ya sea por medio de la federación o directamente por una compañía de seguros, para que en el peor de los casos esté totalmente cubierto.