Optimismo depresivo

Se fue el verano, llegó el otoño; Y todo siguió como antes. Solo queda mirar hacia adelante, y no pinta mal.

Septiembre ha sido una basura en cuanto a olas se refiere. Cuento los días en los que me he metido en condiciones decentes, sin intentar convencerme con excusas como "alguna salía" o "estaba muy pequeño, pero abrían bien", y me sobran todas los dedos.


Así es el surfing, hay que aceptarlo. Unos días parece que es el deporte más emocionante del mundo para días después querer hacer una pila con todas tus tablas de surf y hacer una enorme y tóxica hoguera.

 

Fastidia un poco no haber podido exprimir septiembre como otros años, un mes amable con los vientos y las olas, normalmente menos congestionado, y en el que todavía puedes aprovechar las olas antes de irte a trabajar.


Ayer, ni con los ojos más amables y compasivos del mundo, alguien hubiera encontrado que las condiciones en baja en Sope eran surfeables. Viento intenso, mar revuelta. A casa.


Lo bueno es que hoy las cosas empiezan a cambiar, aunque solo un poquito. El viento seguirá soplando durante todo el viernes y el sábado a la mañana, pero parece que amainará a la tarde, dejando quizá una pequeña ventana de surfing cerca. Si no, siempre se tiene Cantabria.


A partir del domingo, tanto el mar como el viento nos dará una pequeña tregua, dejándonos por fin unos días de mar ordenado y olitas. Todavía las previsiones pueden cambiar, pero podríamos tener cuatro o cinco días de buenas olas. Crucemos los dedos.


Feliz fin de semana.