Gabriel Medina hace viral el surf

Por si no fueran suficientes los ingredientes ya añadidos al surf en los Juegos Olímpicos, va Medina, se hace una ola perfecta, salta por los aires, y un fotógrafo le pilla en el momento perfecto.

El surf en los Juegos Olímpicos de Paris tenía antes de comenzar todos los ingredientes para ser una noticia viral. 

Litros de tinta se iban a gastar sobre la única prueba que no se celebra en Parías, un deporte que se realizará a 16.000 kilómetros de la capital francesa, sobre lo paradisiaco que es Polinesia, y la ola 'asesina'  de Teahupo'o; del por qué  es una de la ola más temida del planeta y cómo se puede traducir por 'que significa "Muro de Calaveras".'

Con este panorama, había disparidad de expectativas en el mundillo del surf. Unos esperaban que fuera un fiasco, que la nueva torre de Teahupo'o cayera, o tuviera goteras, que la organización se viera obligado a celebrar las finales con medio metro onshore, y el COI escupiera en este deporte, arrojándolo a las frías sombras de donde vino.

Otros, en cambio, esperaban ver un espectáculo, disfrutar de unos días con los mejores surfistas del mundo en una de las mejores olas del planeta. Claro, los que tenían una suscripción a Max o DZON, porque el resto se ha quedado con las ganas.

Pero da lo mismo, porque la última palabra la tuvo Teahupo'o y Gabriel Medina. Rompió gordo, rompió bien, rompió mejor que en prueba del CT hace unas semanas, y además el brasileño lo bordó.

Salió de las profundidades de un tubo gigantesco mientas alzaba las manos exigiendo un diez, para luego volar por los aires y levitar de forma mística junto con su tabla. Y un fotógrafo lo captó.


Jerome Brouillet, fotógrafo especializado en surf y tomas de naturaleza en islas ha escrito su nombre en la historia del olimpismo al mismo tiempo que Gabriel Medina escribía el suyo en la historia del surf, una de las imágenes que seguramente definirá al deporte y a estos juegos globalmente.


El destino le daría la oportunidad de hacer historia al fotógrafo y este no la desaprovechó. Con la cámara mirando al final del túnel de la ola, Brouillet, cual francotirador esperando en el nido, súbitamente se encontraba en el lugar y el momento perfecto.

¿Aumentarán las ventas de corchopanes y habrá lista de espera para entrar en una escuela de surf? Los que pensaban en encontrarse los picos menos saturados después de las olimpiadas van listos.