Los aéreos fueron los reyes en J-Bay

En el templo de los giros, los surfistas se aliaron con el cielo para ganar sus mangas, siempre con el beneplácito de los jueces.

El primer día de la anteúltima prueba del CT antes de las finales en Trestles, el primero de la era post Erik Logan, dimitido o rescindido CEO del WSL, se saldó con olas divertidas de un metro que se convirtieron en agonía al final del día.

Los jueces se las arreglaron para meterse en un buen lío cuando el día amenazaba con ser un espectáculo aéreo. Los comentaristas habían hablado de los criterios que los jueces iban a tener en cuenta, como unir maniobas importante, la velocidad, potencia y fluidez, pero al final, planchar un aéreo te daba la nota alta.

Yago Dora, recién salido de su victoria en Brasil y montando la misma tabla, inició la tendencia.

Los jueces le dieron un 7.50 en su primer aéreo. Dora respondió a esta señal  absteniéndose por completo de girar y lanzando a cada ola como si de una rampa de skate se tratara. Connor O'Leary, según las "preferencias" de evaluación expresadas, debería haber terminado mejor, con más fluidez, giros potentes, etc. pero fue Dora, con un aéreo estratosférico el que se llevó el gato al agua con lamedor puntuación del día.. Con el precedente establecido, los surfistas tenían el camino establecido para pasar de ronda: volar.

Los surfistas en la manga siguiente emularon el éxito de Dora con respecto a su enfoque de J-Bay.

El dos veces campeón del mundo, John Florence, se lanzó por loa aires unas cuantas veces, eso sí, con más sincronización con la ola que otros, Italo Ferreira también le copio a Dora, e incluso Callum Robson.

El mejor hasta la manga de Toledo fue Griffin Colapinto.  El norteamericano consiguió un ritmo perfecto y ofreció un repertorio tan completo como brillante.

Toledo tuvo menos suerte en su manga, quizá por la falta de olas, pero sus giros fueron igualmente buenos que los de Colapinto.

Y llegó la hora de hablar de Slater. He de decir que soy un apasionado seguidor del once veces campeón del mundo, pero no incondicional.

La decisión de darle una invitación parece cada vez más un error, una incómoda obligación por ser quien es. Surfeó desganado, arriba en el pico donde pasaban de largo las mejores olas, sin ningún tipo de ambición.

Tan solo mostró una ligera esencia de lo que fue cuando intentó interferir en una ola a Colapinto, pero sus giros fueron débiles, flojos, y sin fundamente. Evidentemente perdió, y lo hizo con la segunda peor nota de toda la primera ronda, superando solo a Jack Robinson.

Me encantaría comerme mis palabras y ver cómo el norteamericano renace de sus cenizas pasando espectaculares mangas pero no pasará.

Hasta los comentaristas (Strider Wasilewski) cuestionaron su capacidad para obtener una puntuación en los giros, su posicionamiento, y su capacidad para ganar.

Ahora solo una victoria o una increíble actuación en Teahupoo le harían salvar los muebles. De no suceder esto, el retiro debería ser una obligación para él.