Siempre puede ser peor
Con unas previsiones que invitan a llorar desconsoladamente, cualquier tipo de señal de aumento del oleaje es razón suficiente para entrar al agua sin pensarlo dos veces.
Llega una ola de calor a la península ibérica nunca vista en abril desde que hay registros. Mientras tanto, en el Cantábrico, el cielo se mantiene encapotado y con un mar tranquilo para la época en la que estamos.
Deberíamos ver marejada tras marejada, estamos en primavera, pero solo rompen olas sin apenas fuerza.
Sabiendo lo que nos viene encima, una semana de mar plato, las pequeñas ondulaciones de ayer fueron suficientes para entrar al agua. El resultado fue el esperado, pero claro, "no hay baño malo".
Quizá hoy todavía tengamos la oportunidad de poner nuestra paciencia y los pocos escrúpulos a prueba, otra vez.
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