Sin olas y con bochorno

Esperaba algo más, lo mínimo para tener la excusa para pegarme un baño en uno de los días más calurosos de marco que se recuerdan en el Cantábrico, pero el mar estuvo algo rácano.

A la mañana todavía rompía algo, poco, pero suficiente. A la tarde, pese al mar cristalino, las olas eran mucho más pequeñas.

 

Las previsiones indican que hoy podría empezar a subir algo la fuerza del mar, pero siendo un swell que llega del oeste nos tendremos que esperar mucho menos de lo que las aplicaciones de previsión de olas puedan marcar.