Glasazo invernal

Un glasazo impresionante ayer a la tarde hizo que la pereza se fuera y se volviera a intentar un bañito pese al intenso frío.

Pensamientos contradictorios del tipo, "si no te metes hoy no lo vas a hacer en todo el invierno",  "¿qué haces surfeando chustas a 4ºC?",  "Hay un rascable", o "¿Estamos tontos o qué?", rondaron por la cabeza mientras miraba el mar desde el interior del coche.

Un quita y pon rápido intentando que escapase la menor cantidad de calor corporal y con el traje todavía húmedo fuimos dando botes hasta la orilla, al trote en una especie de calentamiento absurdo.

Estuvimos esperando un rato a que pasara la serie, no apetecía pinchar, pero claro, finalmente hubo que hacerlo y, oh sorpresa, no fue tan malo como se esperaba. Sin viento el frío no es tanto.

Llegaban series de 3/4, alguna de metro, ordenadas y dispersas por toda la playa, pero tumbadas hasta recoger en la orilla y ganar fuerza.

Con la marea más baja se tuvieron más oportunidades de pillar olas. Luego, con las mareas vivas tocando un poco las narices, el baño se ralentizó y costaba coger alguna.

Sin duda el peor momento fue el camino de vuelta desde el agua al coche, con un frío que dolía. Otra vez el trote hasta el coche y cambiarse más rápido que Superman.

Hoy parece que será la última oportunidad para pegarse un baño, si es que se quiere.