Domingo sin suerte

Fue otra jornada de frío en el que el mar tampoco invitaba a entrar al agua.

Nada más llegar a la playa el viento del nordeste te animaba a darte la vuelta y cambiar el traje de surf por la mantita y el sofá.

No tardé mucho en hacerle caso después de otear el horizonte y ver que lo que veía era lo que había. No había más series. Era medio metro, alguna de tres cuartos llegada del norte, rompiendo aquí y allá de forma totalmente anárquica. Y en el único lugar donde rompía una ola surfable se apiñaban más de media docena de surfistas.

 

Durante  el comienzo de la semana continuaremos con un mar pequeño, seguramente mejor que ayer gracias a la acción de suaves vientos del sur, que además subirán ligeramente las temperaturas.