Rechazada la construcción de un nuevo rancho de olas en el desierto de California

Después de dos años de debate se ha rechazado finalmente el controvertido proyecto de otra ola artificial en el desierto de California.

La ciudad de La Quinta, California, ha rechazado esta semana la propuesta para construir una ola artificial con la tecnología Kelly Slater Wave Co en el desierto del Valle de Coachella después de que los residentes expresaron su preocupación por el ruido, la iluminación y la huella hídrica que podría dejar el complejo en un momento de sequía severa. 

Los cinco miembros del Concejo Municipal votaron unánimemente el miércoles por la noche en contra de la recalificación del terreno habría permitido al promotor construir el complejo y el Surf Park.

La alcaldesa Linda Evans dijo que le encanta el concepto del Surf Park y que le gustaría ver que se construya uno en otro lugar de La Quinta en un futuro.


“Creo que este es un proyecto genial”, dijo Evans al periódico Los Angeles Times. “Pero no creo que esté en el lugar correcto. Y tal vez el momento no sea el mejor debido a la sequía”.

El terreno del condado de Riverside había sido calificado anteriormente para uso residencial junto con la construcción de un campo de golf. En cambio, la propuesta era para el parque de olas, junto con 600 viviendas y un hotel con hasta 150 habitaciones.


El proyecto estimaba una área de 6.500 metros cuadrados de laguna que hubiera necesitado 6.800 metros cúbicos de agua para llenarse.


Durante una reunión que duró más de seis horas, los opositores dijeron que el parque de surf contaminaría un vecindario tranquilo con ruido y luz, y desperdiciaría agua preciosa en un momento en que California y el suroeste de los Estados Unidos están sufriendo una gran sequía exacerbada por el cambio climático. 

“Estamos en un punto de la historia en el que no podemos desperdiciar agua libremente”, dijo Laura Dolata, una residente. “Cuando la crisis del agua llegue a un punto crítico y el agua deba reducirse drásticamente, y el racionamiento se haga realidad, un parque de olas en funcionamiento será un problema para todos nosotros”. 

 

Mientras se critíca la construcción de la ola artificial, el Valle de Coachella alberga a 120 campos de golf, lagos artificiales y otras urbanizaciones llenos de césped.

Al igual que se ha sucedido en otros lugares del planeta, la construcción de una ola artificial conscita opiniones diversas.


Los promotores y defensores del proyecto declaran que el complejo impulsaría la economía de La Quinta, aumentaría el precio de los suelos, y traería prosperidad a esta localidad cercana al río Colorado.


John Gamlin, presidente de CM Wave Development LLC, dijo que el gasto anual de agua de la piscina de olas sería de unos 10.000 metros cúbicos, mucho menos que un campo de golf, que en el desierto puede llegar a consumir hasta 4.000 metros cúbicos al día



Sin embargo, los opositores al proyecto cuestionaron la estimación del promotor sobre de la cantidad de agua que se evaporaría de la piscina, argumentando que con las olas y calor, la evaporación requeriría un relleno significativamente mayor. 

Y es que el agua, su escasez, parece haber sido una de las claves para el rechazo de este proyecto.



El caudal del río Colorado se ha reducido drásticamente durante una megasequía de 23 años que, según muestran las investigaciones, está empeorando por el calentamiento global . Los distritos de agua del sur de California están bajo presión para asumir reducciones sustanciales a medida que el gobierno federal busca soluciones para evitar que los embalses más grandes del río, el lago Mead y el lago Powell, caigan a niveles peligrosamente bajos.



Jay Famiglietti, un científico del agua que dirige el Instituto Global de Seguridad Hídrica de la Universidad de Saskatchewan, envió una carta al Concejo Municipal subrayando la gravedad de la situación.


“Mi investigación ha demostrado, en pocas palabras, que California y el suroeste de los EE. UU. se están quedando sin agua”, dijo Famiglietti en la carta, que se leyó durante la reunión. “La cuenca del río Colorado se está secando, los lagos Powell y Mead se encuentran en niveles bajos sin precedentes, y se están negociando activamente recortes en las asignaciones de agua superficial”.