Cuando te hubiese gustado que la anteúltima fuese la última
Ayer se cumplieron las previsiones y tuvimos un gran día de surfing, con series ordenadas de olas de algo más de un metro y poca gente en el agua.
Fueron las mareas más vivas de la primavera (coeficiente 102 y 4,49) e incluso de todo el año, lo que significaba picos que aparecían y desaparecían en cuestión de minutos.
A la mañana, con la bajamar y olas más grandes, el baño fue complicado, aunque a su favor tuvo el viento de tierra que soplaba. A la tarde todo fue algo más facil pese al viento del norte. La corriente te llevaba al pico, y las olas te llevaban facilmente y muchas abrían bastante bien.
Después de una buena racha de olas, cansado ya, pensé que ya era hora de salir del agua. Cogí una buena y, en vez de hacer lo que había decidido y salir, volví otra vez en al pico en busca de otra incluso mejor. Mala idea.
Con la última, uno es más selectivo, deja pasar olas buenas para intentar salir con la que ponga la guinda al pastel y convertir el baño en bañazo. Pero los minutos pasaron, los brazos empiaron a estar cansados, con la plea a las olas le costaban romper, y encima, comenzó a llegar más gente. Finalmente, después de 20 minutos de espera, coges lo que buenamente puedes y te vuelves a decir que eres bobo. La anteúltima tenía que haber sido la última
Fueron las mareas más vivas de la primavera (coeficiente 102 y 4,49) e incluso de todo el año, lo que significaba picos que aparecían y desaparecían en cuestión de minutos.
A la mañana, con la bajamar y olas más grandes, el baño fue complicado, aunque a su favor tuvo el viento de tierra que soplaba. A la tarde todo fue algo más facil pese al viento del norte. La corriente te llevaba al pico, y las olas te llevaban facilmente y muchas abrían bastante bien.
Después de una buena racha de olas, cansado ya, pensé que ya era hora de salir del agua. Cogí una buena y, en vez de hacer lo que había decidido y salir, volví otra vez en al pico en busca de otra incluso mejor. Mala idea.
Con la última, uno es más selectivo, deja pasar olas buenas para intentar salir con la que ponga la guinda al pastel y convertir el baño en bañazo. Pero los minutos pasaron, los brazos empiaron a estar cansados, con la plea a las olas le costaban romper, y encima, comenzó a llegar más gente. Finalmente, después de 20 minutos de espera, coges lo que buenamente puedes y te vuelves a decir que eres bobo. La anteúltima tenía que haber sido la última
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