Cuando, de golpe, se te quitan las ganas de entrar al agua

Ayer pudimos disfrutar de otro día de condiciones perfectas para el surfing, con sol, calor para ser noviembre, una brisa del sur, y periodos de 20 segundos y olas de tamaño muy varible.

Pensé en intentarlo en Sope durante la pleamar. Cuál fue mi sorepresa cuando llegué a la playa y vi que estaba bastante asequible. Las olas facilonas rompían algo tardonas pero rompían. Ya casi convencido para entrar ví muy lejos, lejísimos, despuntar una serie. Según se alejaba del horizonte se fue haciendo más y más grande. Los surfistas que estaban ya en el agua la vieron y comenzaron a remar hacia ella no lo suficientemente rápido para que esta no les cazara.

Continuraron llegando olas del mismo tamaño durante cerca de cinco minutos, ya con los surfistas esparcidos por todos lados, algunos seguramente convencidos de salir del agua en cuanto tuviesen oportunidad. Yo, después de eso, decidí que me quedaba en tierra.

Hoy el mar ha bajado, aunqueno mucho. De hecho, es curioso ver cómo la boya costera de Bilbao marca más que la exterior. Ofrece un dato de 2.6 metros, aunque hay bastante menos. Imagino que, según el punto de marea, se le podrá dar, más si cabe cuando el swell se está retirando.