En condiciones normales una jornada con olas así en Lagundri-Bay hubiera significado un mayor embotellamiento que un lunes de diciembre en la M-20, pero con el COVID las cosas han cambiado. Ni media docena de personas en el mayor swell de la temporada en Nias. Y no solo fue ayer, porque el día anterior, con olas igual más grandes, esta ola, una de las mejores del planeta, también ofreció el mismo panorama.
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