El surf es biomecánicamente perfecto

Interesante artículo el escrito por el biofísico William Softky en el periódico californiano Half Moon Bay Review, donde asegura que el surf es el deporte más perfecto que existe.

Este biofísico estuvo entre los primeros neurocientíficos en comprender el microtiming, y entre los primeros tecnólogos en incorporar esa comprensión a los algoritmos. Miles han citado sus trabajos, su doctorado en física teórica es de la prestigiosa universidad de Caltech, su nombre figura en 10 patentes y dos de las compañías que fundó fueron adquiridas por un total de 160 millones de dólares.

Este científico además suele escribir artículos para diferentes medios en los que explica de forma sencilla algunos fundamentos de la ciencia.

Esta vez, ayudado por sus nociones de surf, deporte que adora aunque no sea demadiado bueno (el mismo lo reconoce), nos muestra por qué este deporte es biomecánicamente perfecto.

"Como primates sociales, nuestros ​​paleoantepasados no evolucionaron para surfear. Evolucionaron para agitar los brazos, bailar y correr largas distancias, en las que utilizan habilidades similares. Hoy en día, entre todas las actividades disponibles para los humanos modernos, el surf es uno de los mejores para el cuerpo y el alma", asegura.

Debido a que nuestros antepasados ​​homínidos fueron los primeros vertebrados en ponerse de pie, fueron los primeros animales terrestres cuyas columnas vertebrales no fueron empujadas hacia los lados por la gravedad. Así que, a diferencia de los cuadrúpedos o incluso los chimpancés, estamos en equilibrio, como si una serpiente se balanceara sobre su cola. El equilibrio, a su vez, permitió a nuestros antepasados ​​ver más lejos, cambiar de dirección más rápido, correr más lejos y usar las extremidades anteriores (manos) para acariciar, gesticular y hacer otras cosas. Hablando mecánicamente, el equilibrio vertical es lo que hizo a nuestra especie especial. Hablando computacionalmente, el equilibrio vertical es la tarea más desafiante a la que un sistema nervioso puede enfrentar y la que está más directamente conectada a nuestros circuitos neuronales.

Los humanos necesitamos ese desafío en estos tiempos. Actualmente, la mayoría de nosotros pasamos la mayor parte del tiempo sentados encorvados hacia adelante, con las columnas vertebrales dobladas e inmóviles, muy lejos de columpiarse de los árboles o correr por un terreno irregular. Y ciertamente no hay nada como levantarse en una tabla en movimiento sobre una ola en movimiento. Si puedes surfear, puedes hacer lo más difícil que un humano debería hacer.

Las olas y las corrientes son desafiantes

Cuanto más difícil es predecir algo, más difícil tiene que trabajar un cerebro para predecirlo. Las ondas de sonido y las ondas de luz se mueven de manera simple, manteniendo sus formas a medida que viajan por el espacio. Las ondas de agua son más extrañas, incluso cuando están alineadas. A medida que esas olas de diferentes tamaños se superponen, forman formas de onda siempre cambiantes, que suben y bajan de manera inesperada. Las olas oceánicas provenientes de múltiples direcciones agregan aún más complejidad. Además de eso, las olas y las corrientes hacen que las olas sean realmente caóticas, en el sentido de la física.

La increíble complejidad física del surf es la razón por la cual la tecnología de gráficos por ordenador de Hollywood tardó décadas en representarla de manera realista, y por qué sus superordenadores aún tardan horas para crearlos, algo que los ojos y el cerebro de un surfista lo hace en un instante.

Cooperativa, no competitiva

Los humanos evolucionaron para sobrevivir en pequeños grupos de parentesco, confiando el uno en el otro para obtener comida, calor y protección. La cooperación y la colaboración eran parte esencial de las tareas diarias, con la competencia en un distante segundo lugar.

Mientras que algunos surfistas participan en competiciones, la mayoría no lo hacen. Incluso aquellos que compiten deben centrar casi todos sus esfuerzos en la ola, sin preocuparse del resto. Como la naturaleza pretendía, la única regla de este juego que importa es la Ley de la gravedad.

Los ambientes naturales recalibran el sistema nervioso.

Las “redes neuronales” computarizadas, utilizadas para clasificar imágenes y venderte cosas, pueden aprender de casi cualquier información de entrenamiento. Pero los sistemas nerviosos reales evolucionaron dentro de cuerpos cálidos para aprender exactamente de un tipo de datos de entrenamiento: datos naturales de todo el cuerpo como el viento, el agua, el césped, los árboles y los animales. Los datos artificiales, como las pantallas de ordenador, televisión, son malos para ellos, razón por la cual las personas adictas a la pantalla son tan miserables. (Mi pareja y yo pasamos tres años demostrando este hecho científicamente).

El surf tiene lugar en lugares naturales y empapa el cuerpo con agua, luz solar y arena, todo a la vez.

Los trajes de neopreno despiertan los músculos

Algunos atletas usan dos curiosos trucos para ayudar a que sus sistemas neuromusculares desaprendan los malos hábitos y aprendan los buenos: cintas de rock y camisas de compresión. Ambos trucos tiran y aprietan la piel y los músculos, para obligar al cerebro a revisar su mapa de datos y enfocar sus esfuerzos de manera más eficiente. Un traje de neopreno hace lo mismo, pero todavía mejor.

Tres milímetros de neopreno agregan peso a la piel y restan elasticidad. Los dos en conjunto imponen una mejor alineación esquelética y postura, proporcionando muchos de los beneficios de la terapia física o quiropráctica. Ese apretón de todo el cuerpo mientras se balancea y se balancea en las olas es perfecto para sacar viejos esqueletos rígidos de los surcos y para entrenar a los jóvenes para que se muevan con gracia.

Entonces, la próxima vez que veas a un surfista, busca cómo se sostienen y cómo se mueven. Verás qué formas humanas deben ser, y tal vez quieras aprenderlo por ti mismo.