Una playa sin coches
El día después del anuncio de medidas para restringir el acceso de las playas en Euskadi, no se vió mucha diferencia respecto a días anteriores.
Con los aparcamientos cerrados a cal y canto por grandes bloques de hormigón, la gente se organizó como pudo para llegar a la orilla del mar en uno de los días más calurosos del año. Unos dejaron el coche en las zonas residenciales y llegaron a pie, otros caminando, y muchos lo hicieron en bici.
Fue chocante ver el parking vacio, libre para el uso y disfrute de la gente y no de los coches.
En cuanto al surfing, las olas eran demasiado pequeñas para entrar con la tabla. Las previsiones de olas invitan a no sacar la tabla de surf de su funda hasta por lo menos el sábado que viene. Puede que algún día tengamos medio metro con poca fuerza, quizá para sacar el tablón, pero poco más.
Con los aparcamientos cerrados a cal y canto por grandes bloques de hormigón, la gente se organizó como pudo para llegar a la orilla del mar en uno de los días más calurosos del año. Unos dejaron el coche en las zonas residenciales y llegaron a pie, otros caminando, y muchos lo hicieron en bici.
Fue chocante ver el parking vacio, libre para el uso y disfrute de la gente y no de los coches.
En cuanto al surfing, las olas eran demasiado pequeñas para entrar con la tabla. Las previsiones de olas invitan a no sacar la tabla de surf de su funda hasta por lo menos el sábado que viene. Puede que algún día tengamos medio metro con poca fuerza, quizá para sacar el tablón, pero poco más.
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