Rob Machado y Michel Bourez dejan Hurley
"Todas las cosas buenas llegan a su fin". Con la misma frase Rob Machado y Michel Bourez han anunciado que Hurley dejará de patrocinarlos, en lo que parece una estrategia de Bluestar Alliance, propietaria de Hurley, de reducir costes.
"Hace casi 20 años, Bob Hurley me miró a los ojos y me dijo que 'surfeara'. Podía ver mis frustraciones con el surf de competición y sabía que sería mejor simplemente surfear y ser yo mismo. Gracias Bob por los años de aliento, motivación, inspiración, diversión ... y la lista sigue y sigue", se ha despedido Rob Machado de Hurley. "Realmente ha sido un honor trabajar para esta marca durante un período tan largo de mi vida. Quiero agradecer a todos con los que me he cruzado en la marca Hurley por colaborar de muchas maneras para llevar la alegría del surf a tantos en todo el mundo. Y quiero agradecer especialmente a la familia Hurley por hacerme sentir la importancia de la familia y siempre darme la bienvenida en sus corazones a mí y a mi familia".
Nike compró Hurley a su fundador Bob Hurley en 2002 por 95 millones de dólares en un esfuerzo por ampliar su variedad de ropa deportiva e incluir ropa de surf, skate y snowboard. Una compra estratégica con la que la multinacional estadounidense conseguía hacerse con una compañía que registraba unas ventas anuales cercanas a los 70 millones de dólares.
Cuando esta tendencia dio un giro y el creciente apetito por la ropa asociada con este estilo de vida y la cultura de playa fue disminuyendo, la marca norteamericana puso en venta Hurley. Después de meses sin encontrar comprador finalmente la compañía fue a parar en noviembre a manos de Bluestar Alliance, fundada en 2006 y que posee una amplia cartera de marcas de consumo como Bebe, Brookstone, Kensie o Larry Levine, pero nada tiene que ver con el surf.
Después de un análisis de la empresa, Bluestar decidió no renovar a ninguno de los surfista que tenía en cartera, dejandoles ir al finalizar sus contratos.
Michel Bourez ha sido otro de los grandes surfistas que acababa contrato el 31 de diciembre de 2019. Con 34 años, Bourez lleva 12 años consecutivos en el CT consiguiendo tres victorias en el Tour. "¡Fue genial trabajar con vosotros! ¡Mi camino toma un camino diferente a partir de ahora! Estoy realmente emocionado con este nuevo desafío en mi vida!", ha comentado el polinesio, que llevaba 11 años con Hurley.
Ahora la pregunta que nos hacemos es qué pasará con gente como Filipe Toledo, John John Florence, Kolohe Andino, Carrissa Moore, o el resto de surfistas de la marca.
Filipe Toledo se adelantó a la venta de la compañía firmando su renovación hasta 2024, a Kolohe le quedan todavía dos años, y a Florence, dos veces campeón del mundo, se rumorea que se usó una clausula en su contrato que recortaba notablemente sus ingresos en caso de no competir en Pipe.
Jóvenes valores como Eli Hanneman y Barron Mamiya, se han ido o están cerca de hacerlo, pero todavía quedan surfistas de la talla de Julian Wilson, con un contrato anual de dos millones de dólares anuales y un contrato que finaliza a mediados de este año, y Carissa Moore, que ha comenzado el año sin la pegatina de Hurley en sus tablas. ¿Dónde irán? Porque otras empresas como Quiksilver o Billabong tampoco están atravesando su mejor momento y tienen el mismo problema para justificar los millonarios sueldos de sus surfistas en esta época de vacas flacas.
"Hace casi 20 años, Bob Hurley me miró a los ojos y me dijo que 'surfeara'. Podía ver mis frustraciones con el surf de competición y sabía que sería mejor simplemente surfear y ser yo mismo. Gracias Bob por los años de aliento, motivación, inspiración, diversión ... y la lista sigue y sigue", se ha despedido Rob Machado de Hurley. "Realmente ha sido un honor trabajar para esta marca durante un período tan largo de mi vida. Quiero agradecer a todos con los que me he cruzado en la marca Hurley por colaborar de muchas maneras para llevar la alegría del surf a tantos en todo el mundo. Y quiero agradecer especialmente a la familia Hurley por hacerme sentir la importancia de la familia y siempre darme la bienvenida en sus corazones a mí y a mi familia".
Nike compró Hurley a su fundador Bob Hurley en 2002 por 95 millones de dólares en un esfuerzo por ampliar su variedad de ropa deportiva e incluir ropa de surf, skate y snowboard. Una compra estratégica con la que la multinacional estadounidense conseguía hacerse con una compañía que registraba unas ventas anuales cercanas a los 70 millones de dólares.
Cuando esta tendencia dio un giro y el creciente apetito por la ropa asociada con este estilo de vida y la cultura de playa fue disminuyendo, la marca norteamericana puso en venta Hurley. Después de meses sin encontrar comprador finalmente la compañía fue a parar en noviembre a manos de Bluestar Alliance, fundada en 2006 y que posee una amplia cartera de marcas de consumo como Bebe, Brookstone, Kensie o Larry Levine, pero nada tiene que ver con el surf.
Después de un análisis de la empresa, Bluestar decidió no renovar a ninguno de los surfista que tenía en cartera, dejandoles ir al finalizar sus contratos.
Michel Bourez ha sido otro de los grandes surfistas que acababa contrato el 31 de diciembre de 2019. Con 34 años, Bourez lleva 12 años consecutivos en el CT consiguiendo tres victorias en el Tour. "¡Fue genial trabajar con vosotros! ¡Mi camino toma un camino diferente a partir de ahora! Estoy realmente emocionado con este nuevo desafío en mi vida!", ha comentado el polinesio, que llevaba 11 años con Hurley.
Ahora la pregunta que nos hacemos es qué pasará con gente como Filipe Toledo, John John Florence, Kolohe Andino, Carrissa Moore, o el resto de surfistas de la marca.
Filipe Toledo se adelantó a la venta de la compañía firmando su renovación hasta 2024, a Kolohe le quedan todavía dos años, y a Florence, dos veces campeón del mundo, se rumorea que se usó una clausula en su contrato que recortaba notablemente sus ingresos en caso de no competir en Pipe.
Jóvenes valores como Eli Hanneman y Barron Mamiya, se han ido o están cerca de hacerlo, pero todavía quedan surfistas de la talla de Julian Wilson, con un contrato anual de dos millones de dólares anuales y un contrato que finaliza a mediados de este año, y Carissa Moore, que ha comenzado el año sin la pegatina de Hurley en sus tablas. ¿Dónde irán? Porque otras empresas como Quiksilver o Billabong tampoco están atravesando su mejor momento y tienen el mismo problema para justificar los millonarios sueldos de sus surfistas en esta época de vacas flacas.
No hay comentarios:
Anímate a participar en Surf 30, pero siempre con respeto.
* Los comentarios reflejan solo las opiniones de los lectores.
* No se aceptarán comentarios que puedan ser considerados difamatorios, injuriantes, de mal gusto o contrarios a las leyes.
* No se aceptarán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo o que puedan interpretarse como un ataque hacia cualquier colectivo o minoría por su nacionalidad, el sexo, la religión, la edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.
* Los comentarios no podrán incluir amenazas, insultos, ni ataques personales.
Se eliminarán aquellos comentarios que estén claramente fuera del tema de discusión, que sean publicados varias veces de manera repetitiva (spam) o que incluyan enlaces publicitarios.
Si tienes alguna duda, consulta a surf30@gmail.com