Los peligros del coral
Una de los peores temores cuando vas de surfari a algún lugar con coral es caerte en el reef. Lo normal si te pasa esto es que te pierdas unos baños y te quede una bonita cicatriz que enseñar a tu vuelta. Pero el caso que he leído aquí va muchísimo más allá de eso.
Veintiocho operaciones, tres transfusiones completas de sangre, insuficiencia renal, pérdida de visión, y dos ataques al corazón, es el sumario de lo que ha tenido que padecer Ben Cryan, un australiano con muy mala suerte, durante casi un año, después de caer en el reef surfeando.
Este australiano estaba disfrutando de las mejores olas de su vida en P Pass, una de las mejores olas de Micronesia, cuando sufrió una caída que le afectó el trasero incluido el ano. Fue trasladado a un hospital local y operado para cerrar la herida, pero a pesar de que le dijeron que estaba bien su vida estaba en riesgo.
Ante la insistencia de su padre, Cryan fue trasladado 48 horas después en avión a su Australia natal, pero durante el vuelo sufrió un shock séptico. Había contraído una rara y grave enfermedad llamada fascitis necrotizante, producida por una bacteria halofílica, presente en los corales. Comunmente la llaman la comedora de carne.
Tuvieron que desviar el avión y aterrizar lo antes posible para trasladarlo a un hospital. Durante los siguientes quince días tuvo que padecer una cirugía intestinal y ser operado dos veces al día para quitar todo el tejido muerto o infectado. La enfermedad se propagó a los riñones, así que también debió pasar por diálisis durante 18 horas a la semana.
Pasó tres semanas allí sometido a más operaciones a vida o muerte, periodo en el que sufrió coágulos en el brazo y cuello, para, ya en casa, seguir con más operaciones y tratamientos.
Casi una año después está casi recuperado. Trabaja y surfea con normalidad, y se lo toma con mucha filosofía.
"Me caí de la tabla en sentido contrario a la del arrecife. Si hubiera caído 10 metros más adelante seguramente no me hubiera caído de la misma forma. Me podría haber dañado la rodilla o el estómago."
"Cuando te toca, te toca, y si no es así, debes disfrutar de cada día."
Veintiocho operaciones, tres transfusiones completas de sangre, insuficiencia renal, pérdida de visión, y dos ataques al corazón, es el sumario de lo que ha tenido que padecer Ben Cryan, un australiano con muy mala suerte, durante casi un año, después de caer en el reef surfeando.
Este australiano estaba disfrutando de las mejores olas de su vida en P Pass, una de las mejores olas de Micronesia, cuando sufrió una caída que le afectó el trasero incluido el ano. Fue trasladado a un hospital local y operado para cerrar la herida, pero a pesar de que le dijeron que estaba bien su vida estaba en riesgo.
Ante la insistencia de su padre, Cryan fue trasladado 48 horas después en avión a su Australia natal, pero durante el vuelo sufrió un shock séptico. Había contraído una rara y grave enfermedad llamada fascitis necrotizante, producida por una bacteria halofílica, presente en los corales. Comunmente la llaman la comedora de carne.
Tuvieron que desviar el avión y aterrizar lo antes posible para trasladarlo a un hospital. Durante los siguientes quince días tuvo que padecer una cirugía intestinal y ser operado dos veces al día para quitar todo el tejido muerto o infectado. La enfermedad se propagó a los riñones, así que también debió pasar por diálisis durante 18 horas a la semana.
Pasó tres semanas allí sometido a más operaciones a vida o muerte, periodo en el que sufrió coágulos en el brazo y cuello, para, ya en casa, seguir con más operaciones y tratamientos.
Casi una año después está casi recuperado. Trabaja y surfea con normalidad, y se lo toma con mucha filosofía.
"Me caí de la tabla en sentido contrario a la del arrecife. Si hubiera caído 10 metros más adelante seguramente no me hubiera caído de la misma forma. Me podría haber dañado la rodilla o el estómago."
"Cuando te toca, te toca, y si no es así, debes disfrutar de cada día."
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