El espectáculo de la ballena
Con ese día y el mar desfasado no pensaba acercarme a la playa, pero un mensaje de un amigo avisándome de que había una ballena viva peleando por volver a mar abierto hizo que cambiara de opinión.
Cogí el traje de surf, por si se necesitaba gente para ayudarla, y me dirigí hacia la playa. Pero cuando llegué era ya demasiado tarde, el roncual de 18 metros acababa de morir. La operación de rescate se cambió por un espectáculo.
Todo el mundo quería ver a la ballena y hasta se ha formado una caravana camino de la playa como si un día de agosto fuera. Centenares de personas se han acercado hasta la orilla para ver a la ballena muerta. ¿Morbo? No lo creo. Tan solo curiosidad.
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