Entrevista a Kepa Acero
La revista Jot Down ha realizado una larga e interesante entrevista a Kepa Acero, seguramente mucho más íntima de lo que estamos acostumbrados.
Kepa Acero (Algorta, 1980) es el menor de tres hermanos, todos surfistas. Durante años recorrió el mundo de competición en competición. Obtuvo becas, patrocinios e incluso llegó a ser campeón junior de Europa. Y un día, de pronto, anunció que abandonaba la competición. Inspirado por los surfistas viajeros estadounidenses de la década de los 70, Kepa decidió convertirse en un explorador. Desde entonces recorre el mundo con sus tablas, una mochila, un portátil y una pequeña cámara de video.
Qué eres, ¿surfista, aventurero, explorador…?
Yo diría que surfista. Al principio me dedicaba a la competición, y en los últimos años… bueno, yo me defino como un contador de historias. Viajo por el mundo y cuento lo que veo, mi perspectiva. Mi intención, cuando viajo, es explorar sitios donde el surfista todavía no ha llegado, aunque lo que busco realmente es vivir una experiencia única, yo solo, en medio de la naturaleza. No es una cuestión de poner una bandera. Lo que quiero es vivir esas sensaciones y compartirlas por la red.
[En 2010 Kepa puso en marcha el proyecto Cinco Olas, Cinco Continentes. Durante medio año recorrió Namibia, Indonesia, Australia y Chile en busca de las mejores olas del planeta. El viaje se pudo seguir, casi en directo, a través los vídeos que el propio Kepa grababa, montaba y colgaba en YouTube.]
¿Por qué contar tus viajes en vídeo?
Yo empecé el proyecto Cinco Olas, Cinco Continentes sin saber exactamente lo que hacía. Yo no tenía ni idea de cámaras, pero me fui, empecé a grabar y a colgar mis pequeñas historias en internet. Era una experiencia que quería vivir, era mi sueño. Cuando empecé a colgar los vídeos, me di cuenta de que, en cierto sentido, el hecho de compartir la experiencia era tan importante como la experiencia en sí. Lo comprendí en el desierto de Namibia, un sitio donde estás completamente solo. Empecé a soltar vídeos y vi que mucha gente empezaba a seguirme. De alguna manera, en mitad del desierto, notaba a la gente al otro lado.
¿Entablas conversaciones a través de la red mientras viajas?
Al principio respondía a todo el mundo, pero ahora me escribe demasiada gente, no puedo responder a todos. Aunque leo todo, eso sí. Y hay historias conmovedoras.
Cuéntame alguna.
Una persona que está en una cárcel me escribió para decirme que viaja conmigo. Que mis vídeos le hacen salir de allí.
Sois tres hermanos, los tres surfistas.
Sí.
Es asombroso.
(Ríe) Sí.
¿Cómo llegas tú al surf?
Fue mera casualidad. Mi aita (padre) es del Casco Viejo de Bilbao, y mi ama (madre) es de Durango. Se fueron a Algorta a vivir porque mi aita, que era profesor de Filosofía, se sacó la oposición y empezó a dirigir un instituto. Algorta es un sitio donde siempre ha habido mucha pasta. Antes el surf era solo para la gente que podía permitirse tener una tabla y un traje. Gente que tenía tiempo libre. Pero en los 80 se produjo una democratización de este deporte. Llegaron tablas y trajes baratos. Se hizo un skatepark en Algorta y allí se empezó a fraguar un movimiento. De pronto, todos los críos surfeaban. A mi hermano Eneko, que tenía diez años, le cayó una tabla y resultó que era el puto amo. Ganaba todos los campeonatos, conseguía sponsors… A los 13 años fue a un campeonato de Europa, uno abierto para todas las edades, y ganó. ¡Y una semana después ganó el campeonato junior del mundo! Imagínate. Se convirtió en el primer profesional de esto.
¿Eneko fue el primer surfista profesional de España?
El primero, sí. Iker, mi otro hermano, también surfeaba, así que lo mío era inevitable. Pensaba que a lo mejor también yo podría ganarme la vida haciendo surf.
Y empezaste a competir.
Sí, a los 18 quedé campeón de Europa junior. Conseguí becas de marcas y también del Gobierno Vasco para salir fuera. Me fui a Australia y a Estados Unidos, solo. Estuve muchos años viajando por el mundo.
Hasta que un día decides abandonar la competición.
Sí.
¿Por qué?
Tenéis toda la entrevista aquí.
Fotografía: Humberto Bilbao
Kepa Acero (Algorta, 1980) es el menor de tres hermanos, todos surfistas. Durante años recorrió el mundo de competición en competición. Obtuvo becas, patrocinios e incluso llegó a ser campeón junior de Europa. Y un día, de pronto, anunció que abandonaba la competición. Inspirado por los surfistas viajeros estadounidenses de la década de los 70, Kepa decidió convertirse en un explorador. Desde entonces recorre el mundo con sus tablas, una mochila, un portátil y una pequeña cámara de video.
Qué eres, ¿surfista, aventurero, explorador…?
Yo diría que surfista. Al principio me dedicaba a la competición, y en los últimos años… bueno, yo me defino como un contador de historias. Viajo por el mundo y cuento lo que veo, mi perspectiva. Mi intención, cuando viajo, es explorar sitios donde el surfista todavía no ha llegado, aunque lo que busco realmente es vivir una experiencia única, yo solo, en medio de la naturaleza. No es una cuestión de poner una bandera. Lo que quiero es vivir esas sensaciones y compartirlas por la red.
[En 2010 Kepa puso en marcha el proyecto Cinco Olas, Cinco Continentes. Durante medio año recorrió Namibia, Indonesia, Australia y Chile en busca de las mejores olas del planeta. El viaje se pudo seguir, casi en directo, a través los vídeos que el propio Kepa grababa, montaba y colgaba en YouTube.]
¿Por qué contar tus viajes en vídeo?
Yo empecé el proyecto Cinco Olas, Cinco Continentes sin saber exactamente lo que hacía. Yo no tenía ni idea de cámaras, pero me fui, empecé a grabar y a colgar mis pequeñas historias en internet. Era una experiencia que quería vivir, era mi sueño. Cuando empecé a colgar los vídeos, me di cuenta de que, en cierto sentido, el hecho de compartir la experiencia era tan importante como la experiencia en sí. Lo comprendí en el desierto de Namibia, un sitio donde estás completamente solo. Empecé a soltar vídeos y vi que mucha gente empezaba a seguirme. De alguna manera, en mitad del desierto, notaba a la gente al otro lado.
¿Entablas conversaciones a través de la red mientras viajas?
Al principio respondía a todo el mundo, pero ahora me escribe demasiada gente, no puedo responder a todos. Aunque leo todo, eso sí. Y hay historias conmovedoras.
Cuéntame alguna.
Una persona que está en una cárcel me escribió para decirme que viaja conmigo. Que mis vídeos le hacen salir de allí.
Sois tres hermanos, los tres surfistas.
Sí.
Es asombroso.
(Ríe) Sí.
¿Cómo llegas tú al surf?
Fue mera casualidad. Mi aita (padre) es del Casco Viejo de Bilbao, y mi ama (madre) es de Durango. Se fueron a Algorta a vivir porque mi aita, que era profesor de Filosofía, se sacó la oposición y empezó a dirigir un instituto. Algorta es un sitio donde siempre ha habido mucha pasta. Antes el surf era solo para la gente que podía permitirse tener una tabla y un traje. Gente que tenía tiempo libre. Pero en los 80 se produjo una democratización de este deporte. Llegaron tablas y trajes baratos. Se hizo un skatepark en Algorta y allí se empezó a fraguar un movimiento. De pronto, todos los críos surfeaban. A mi hermano Eneko, que tenía diez años, le cayó una tabla y resultó que era el puto amo. Ganaba todos los campeonatos, conseguía sponsors… A los 13 años fue a un campeonato de Europa, uno abierto para todas las edades, y ganó. ¡Y una semana después ganó el campeonato junior del mundo! Imagínate. Se convirtió en el primer profesional de esto.
¿Eneko fue el primer surfista profesional de España?
El primero, sí. Iker, mi otro hermano, también surfeaba, así que lo mío era inevitable. Pensaba que a lo mejor también yo podría ganarme la vida haciendo surf.
Y empezaste a competir.
Sí, a los 18 quedé campeón de Europa junior. Conseguí becas de marcas y también del Gobierno Vasco para salir fuera. Me fui a Australia y a Estados Unidos, solo. Estuve muchos años viajando por el mundo.
Hasta que un día decides abandonar la competición.
Sí.
¿Por qué?
Tenéis toda la entrevista aquí.
Fotografía: Humberto Bilbao
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