El entrenamiento hipóxico de Mark Healey

Como surfista de olas grandes, Mark Healey está acostumbrado a enfrentrarse a situaciones complicadas en el mar. El listado de lesiones es largo.

En 2006 casi muere ahogado en Teahupoo, se ha roto costillas, se rompió la rótula en Pipeline, y se ha roto el tímpano tanto en Pe'ahi como en las frías aguas de Dungeons, Sudáfrica.

"A medida que he ido madurando mi aprecio por las situaciones incómodas y el mar definitivamente ha crecido", comentaba. "No creo que haya crecimiento sin alguna incomodidad. Si tratas de evitarlo, realmente no creces como ser humano. Tendría que decir que mi práctica es una práctica de enfrentarme la incomodidad, tanto en un entrenamiento como en medio del mar".

Está claro que Healey, al igual que otros surfistas de olas grandes, está hecho de otra pasta. Practica entrenamiento hipóxico, en los que controlas la respiración y tratas de mantenerte relajado mientras estás en el fondo del mar. "La mayoría de la gente no aguantará más 30 segundos. Es una de esas alarmas que pretende mantenerte vivo, pero en ciertas situaciones, es un verdadero obstáculo. Esta increíble ansiedad simplemente te posee. Tienes que profundizar en ese sentimiento y recuperar el control de tu mente; en lugar de que tu cuerpo le diga a tu mente qué hacer, debes mantener tu mente diciéndole a tu cuerpo qué hacer".

Lo dicho, de otra pasta.

"No entiendo cómo se pueden pasar cientos de horas sobre una tabla de surf, mirando hacia el exterior, sin preguntarse qué hay debajo, qué hay debajo del horizonte".