North Shore: Una película que gana con el tiempo

Un surfista adolescente cambia su residencia de Arizona por la del norte de Oahu buscando así el sueño de surfear olas grandes y chicas guapas. Con semejante guión, North Shore (Desafío en la playa, en España) debería a ser una película a evitar pero al igual que algunas otras el tiempo la ha vuelto mejor, o por lo menos no tan mala.

Rick Kane (Matt Adler) gana un campeonato de surf en una piscina de olas en Arizona. El premio, claro está, es un viaje a Hawai. Viaja hasta allí para pasar el verano surfeando, y lo primero que hace es meterse en Sunset Beach con una 5,11 y claro, se mete una leche de las de recordar toda la vida. En la orilla se le aparece una chica hawaiana, Kiani (Nia Peeples) que se ofrece a curarle las y de paso le presenta al gurú de la isla, el shaper Chandler (Gregory Harrison), que acoje en su casa, le enseña a surfear, y a aprender la diferencia entre un "soul surfer" y el surfista que solo busca fama y dinero. Así, en menos de dos meses el tío es uno de los mejores surfistas del planeta y participa en la Triple Corona contra el malo de la película (Lair Hamilton). Para no destriparos la película no os digo el final, aunque podéis imaginároslo.

No es que le vayan a dar ahora un Oscar honorífico, ni mucho menos, pero posee el atractivo de ver a surfistas de la talla de Gerry Lopez, Laird Hamilton, Shaun Tomson, Gerry Lopez, Mark Occhilupo, Mark Foo, Derek Ho, o Christian "the KID" Fletcher, surfeando como se hacía entonces.

Ah! y la banda sonora tampoco es nada mala, muy ochentena, claro

Una de las secuencias más famosas de la peli.