Demasiado frío, malas olas
Estaba dispuesto a ir al agua pese al frío. Cogí la tabla, el traje, y los metí en el coche para dirigirme con ganas hacia la playa con la intención de pegarme un baño.
Después de una semana sin surfear casi me daba igual qué olas hubiera o la temperatura que marcara el termómetro, mientras no tuviera que pinchar demasiado.
Pero cuando llegué a la playa y salí del coche el sopapo que me dio el frío viento del este me quitó de golpe parte de las ganas. Nadie en el agua, mal punto de marea, y el mar roto y feo, mis ansias empezaban a desaparecer.
Divisé en una esquina a un par de personas que habían entrado y que estaban intentando coger alguna ola. Era el lugar dónde mejor rompían las olas y aún así no pillaban demasiado. Eso ya me quitó las pocas ganas que me quedaban. Venga a casa, que ahí se está calentito.
Hoy también pasaré por la playa, espero que con ganas renovadas, a ver si con medio metro y poco viento no me hecho para atrás.
Después de una semana sin surfear casi me daba igual qué olas hubiera o la temperatura que marcara el termómetro, mientras no tuviera que pinchar demasiado.
Pero cuando llegué a la playa y salí del coche el sopapo que me dio el frío viento del este me quitó de golpe parte de las ganas. Nadie en el agua, mal punto de marea, y el mar roto y feo, mis ansias empezaban a desaparecer.
Divisé en una esquina a un par de personas que habían entrado y que estaban intentando coger alguna ola. Era el lugar dónde mejor rompían las olas y aún así no pillaban demasiado. Eso ya me quitó las pocas ganas que me quedaban. Venga a casa, que ahí se está calentito.
Hoy también pasaré por la playa, espero que con ganas renovadas, a ver si con medio metro y poco viento no me hecho para atrás.
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