Un baño internacional

Había salido el sol, el viento no soplaba muy fuerte, y rompían olas de tres cuartos a un metro sin apenas gente surfeando. Había que ir al agua.
Justo antes de entrar al agua se nos adelantó un grupo de holandeses con los que coincidimos en el parking mientras nos cambiabamos.

Fuimos al mismo pico y compartimos el pico. Buena gente, jaleaban nuestras olas y esperaban su turno.

Las olas no eran nada del otro mundo pero se podían disfurtar así que nos sorprendió ver llegar a un grupo de brasileños con un surfing de semipro para arriba.  Saludaron con una sonrisa y se pusieron a trabajar. Se movían con rapidez, nada de sentarse y esperar la serie, unos arriba, otros abajo, pillando olas que ni tan siquiera pensábamos que podían llegar. Al mejor de ellos no le vi de cerca la cara pero me pareció que podía ser algún pro del CT por cómo surfeaba.

Los holandeses se fueron a otro pico viendo el percal, y nosotros después de pillar un par de olas buenas y celebrarlas como si les hubieramos ganado una manga nos fuimos al coche. Ya tuvimos suficiente.