Frío y desilusión

Ayer a la tarde fuimos a la playa con actitud optimista, dispuestos a pegarnos un baño chustero, hubiera lo que hubiera. O casi. Sabíamos que no iba ser un baño épico ni mucho menos después de tener un mar desfasado y con el viento soplando, pero es que lo que vimos quitaba las ganas a cualquiera.


En Sopelana las olas de medio metro llegaban totalmente tumbadas y sin fuerza, y el viento del nordeste que soplaba tampoc ayudaba mucho. Cuanto más mirabas, menos ganas tenías de enfundarte el traje con tan solo 6ºC marcando en el termómetro.

En La Salvaje había una olita, que aunque algo orillera y corta, era aprovechable. El problema era que había unas 25 personas. Había que elegir entre pelearnos por medio metro o pasarnos el baño flotando en otra ola. Finalmente, el optimismo se tornó en resignación y decidimos irnos a casa.

Y para hoy tenemos un mar casi plato y más frío todavía. Quizá en algún punto de marea y con un mar tan del norte, aparezca algún pico donde pegarse un baño, pero sería raro. Eso si, para despedir el año tendremos con total probabilidad un mar plato mañana.