Nada, que no aprendemos

Parece que las noticias de rescates de surfistas, accidentes en el mar, tragedias irreparables, no hacen mella en algunas personas. El buen tiempo y el calor invitan a meterse al agua, pero no olvidemos que el mar ya ha despertado de su letargo veraniego y las playas en esta época se vuelven traicioneras.

Esta vez sucedió en la playa de La Concha de Suances, Cantabria, cuando un helicóptero acudió al rescate de un surfista en problemas. Cuando llegó a la zona el equipo de rescate avistó a un hombre subido a una tabla de surf, sin traje de neopreno y ya en mar abierto. Estaba exhausto y había dejado de luchar contra las olas. Otro joven que se había lanzado al agua para intentar ayudarlo, también estaba nadando con signos de agotamiento. Ambos fueron izados. Como no presentaban lesiones, el helicóptero tomó tierra en medio de la playa de La Concha para dejar a los dos rescatados, donde esperaban efectivos sanitarios, de Protección Civil y la Guardia Civil.

Pero esto no fue el caso más grave ayer en Cantabria. No lejos de ahí, en San Juan de la Canal, el mismo helicóptero rescataba momentos antes a dos bañistas en apuros que se habían lanzado a pegarse un chapuzón por el peor sitio de la playa. Pronto la corriente les arrastró mar adentro. La chica fue rescatada por la gente del lugar mientras que el hombre se agarró a una roca y tuvo que ser rescatado por el helicóptero.