Dos surfistas muertos en Sumbawa en 10 días
La isla de Indonesia de Sumbawa ha registrado en diez días dos accidentes mortales de surfistas en el agua. A la muerte el lunes pasado de Peter Luke, australiano de 27 años, hay que unir la de Rui César Peixot, portugués de 45, mientras surfeaba Lakey Peak.
Peter Luke, un surfista y nadador experimentado, estaba surfeando con unos amigos en Scar Reef, al oeste de Sumbawa, en olas de tres metros cuando se le perdió de vista. Al no encontrarle sus amigos alquilaron una lancha para buscarle hasta que minutos más tarde encontraron su cuerpo flotando cerca del reef.
A la tragedia de Luke hay que unirle ahora la del portugués Rui César Peixot, que falleció en circunstancias similares en Lakey Peak, en el lado este de la isla. Durante una sesión de surf con olas de dos metros, unos amigos de Rui lo encontraron flotando inconsciente. Consiguieron rescatarlo y reanimarlo, pero tras 72 horas, el tiempo que se tardó en trasladarlo en barco a un hospital de Bali, finalmente falleció.
Pese a ser Sumbawa cada vez más frecuentada por surfistas, es una isla que apenas tiene infraestructuras y servicios, por lo que en caso de un grave accidente hay que trasladar al herido los 400 kilómetros que lo separan de Bali.
Peter Luke, un surfista y nadador experimentado, estaba surfeando con unos amigos en Scar Reef, al oeste de Sumbawa, en olas de tres metros cuando se le perdió de vista. Al no encontrarle sus amigos alquilaron una lancha para buscarle hasta que minutos más tarde encontraron su cuerpo flotando cerca del reef.
A la tragedia de Luke hay que unirle ahora la del portugués Rui César Peixot, que falleció en circunstancias similares en Lakey Peak, en el lado este de la isla. Durante una sesión de surf con olas de dos metros, unos amigos de Rui lo encontraron flotando inconsciente. Consiguieron rescatarlo y reanimarlo, pero tras 72 horas, el tiempo que se tardó en trasladarlo en barco a un hospital de Bali, finalmente falleció.
Pese a ser Sumbawa cada vez más frecuentada por surfistas, es una isla que apenas tiene infraestructuras y servicios, por lo que en caso de un grave accidente hay que trasladar al herido los 400 kilómetros que lo separan de Bali.
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