Con una sonrisa salada
Si el jueves no se cumplieron las expectativas de baño ayer fue todo lo contrario. Sin quererlo acertamos en el punto de marea, en el lugar donde meternos, e incluso cuándo salir. Fue uno de esos baños en los que te reconcilias otra vez contigo mismo, en el que sientes que ya no eres tan patoso, y sales con una sonrisa salada del agua.
No suele suceder muy a menudo así que toca disfrutarlo.
No suele suceder muy a menudo así que toca disfrutarlo.
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