Entrevista a Leticia Canales en Deia
El pasado domingo Deia dedicó su contraportada a una de las más sólidas promesas del surfing femenino de Euskadi, Leticia Canales.
Bilbao.La ambición corre por su venas a la velocidad que ella decide si esa que viene va a ser La Ola, escrito así, con mayúsculas. Leticia Canales, Leti cuando enfunda un traje de neopreno y se lanza al agua, actúa sin titubeos ni vacilaciones. Como corresponde a una joven de su tiempo, en twinscanales.com está expuesta su vida sobre la aguas. Ese arranque, esa decision, le ha llevado a clasificarse cuarta del mundo en el Surfing Junior de Australia, una gesta que, con 17 años, le empuja hacia la carrera profesional, un sueño que persigue impulsada por un gen competitivo, el mismo que le lleva a medirse con su hermana gemela, Loiola Canales a cada paso que dan.
¿Cuándo supo que las olas iban a dejar de ser solo un juego?
Alrededor de los 10 años, cuando empecé a competir. Ya con cuatro o cinco años, mi hermana gemela y yo escapábamos a la playa para ver surfear a otra hermana, mayor que nosotras. Le cogíamos la tabla y nos íbamos al agua.
Surfean ambas, pero le ha sacado varios cuerpos de ventaja con la clasificación de Australia. ¿Adiós, Loiola, adiós?
Eso pensaba yo. Pero vine un poco subidita de Australia y ¡zas! me ganó en el campeonato de Bizkaia. ¡Lo que duele! Me marcó y me hizo mil guarradas. Recuerdo que al salir del agua no quería ni mirarla.
Es sangre de tu sangre, mujer...
Nos llevamos muy bien, pero yo compito con mi hermana en todo, hasta en el número de krispies que tomamos en el desayuno. Verá...
Veo
Al principio combinaba el surf con el hockey. Yo destacaba y, de repente, Loiola empezó a mejorar poco a poco, hasta alcanzarme.
¡Irreductible!
Eso parece, ja, ja, ja.
Hay gente profana en el mundo del surf que envidia una vida 'regalada'...
¿Regalada? Meterse en invierno al agua, aunque te acostumbres y la ropa haya mejorado. Por no decir de los campeonatos. Hacer 19.000 kilómetros para estar 20 minutos en el agua y quedar eliminada. Eso es duro, ¡eh! Muy duro.
¿Y entrenar?
En primavera, verano, otoño e invierno. Siempre. Aunque hayas olas enanas o tengas un mal día, siempre.
¿Cómo se desahoga cuando está en competición y no llega la ola que necesita?
Si he empezado bien y he cogido dos olas buenas me refugio en la táctica, en el marcaje.
No, no... Me refiero a esos días en que el reloj corre pero no llega la posiblidad. Quedan cinco minutos...
Me tiro tres minutos con la misma letanía: Tía Lola, dame una ola; tía Lola, dame una ola. Pidiéndosela a alguien que tenga Ahí Arriba.
¿Y los dos siguientes?
Cojo cualquier ola, la que venga, y me lanzo a cuchillo, a machacarla.
Todo con tal de no quedarse sin...
Eso es. La competición no se acaba hasta que no suene la última bocina. Yo he perdido y he ganado competiciones en los últimos cinco minutos.
¿Quién surfea mejor: aquel capaz de volar como los ángeles sobre una ola perfecta o quien sabe sacar partido a toda condición de mar?
Un surfista tiene que ser todoterreno. Claro que te gusta surfear o ver como lo hacen otros en condiciones perfectas, pero tú no mandas sobre la naturaleza. Has de ser capaz de sobreponerte a lo que venga.
Habrá escuchado en casa más de una vez el canto de sirena de los estudios, los estudios...
Sí, claro que sí. La presión en casa existe y la entiendo, pero yo quiero dedicarme a esto de manera profesional. Hasta ahora he logrado combinarlo, pero se hará más difícil a medida que avance. Quiero acabar el bachiller y la selectividad...
¿Y?
Que me dejen un poco de aire, que me permitan intentar mi sueño. En Australia me dieron grandes esperanzas y esto loca por intentarlo.
¿Y su sueño es...?
Ser campeona del mundo absoluta. Para ser una surfista del montón me tiro de cabeza a los estudios. Pero no me quiero tirar el resto de mi vida pensando que hubiera pasado si...
"Hacer 19.000 kilómetros para estar 20 minutos en el agua es muy duro"
http://www.deia.com/2012/05/06/ocio-y-cultura/que-mundo/hacer-19000-kilometros-para-estar-20-minutos-en-el-agua-es-muy-duroBilbao.La ambición corre por su venas a la velocidad que ella decide si esa que viene va a ser La Ola, escrito así, con mayúsculas. Leticia Canales, Leti cuando enfunda un traje de neopreno y se lanza al agua, actúa sin titubeos ni vacilaciones. Como corresponde a una joven de su tiempo, en twinscanales.com está expuesta su vida sobre la aguas. Ese arranque, esa decision, le ha llevado a clasificarse cuarta del mundo en el Surfing Junior de Australia, una gesta que, con 17 años, le empuja hacia la carrera profesional, un sueño que persigue impulsada por un gen competitivo, el mismo que le lleva a medirse con su hermana gemela, Loiola Canales a cada paso que dan.
¿Cuándo supo que las olas iban a dejar de ser solo un juego?
Alrededor de los 10 años, cuando empecé a competir. Ya con cuatro o cinco años, mi hermana gemela y yo escapábamos a la playa para ver surfear a otra hermana, mayor que nosotras. Le cogíamos la tabla y nos íbamos al agua.
Surfean ambas, pero le ha sacado varios cuerpos de ventaja con la clasificación de Australia. ¿Adiós, Loiola, adiós?
Eso pensaba yo. Pero vine un poco subidita de Australia y ¡zas! me ganó en el campeonato de Bizkaia. ¡Lo que duele! Me marcó y me hizo mil guarradas. Recuerdo que al salir del agua no quería ni mirarla.
Es sangre de tu sangre, mujer...
Nos llevamos muy bien, pero yo compito con mi hermana en todo, hasta en el número de krispies que tomamos en el desayuno. Verá...
Veo
Al principio combinaba el surf con el hockey. Yo destacaba y, de repente, Loiola empezó a mejorar poco a poco, hasta alcanzarme.
¡Irreductible!
Eso parece, ja, ja, ja.
Hay gente profana en el mundo del surf que envidia una vida 'regalada'...
¿Regalada? Meterse en invierno al agua, aunque te acostumbres y la ropa haya mejorado. Por no decir de los campeonatos. Hacer 19.000 kilómetros para estar 20 minutos en el agua y quedar eliminada. Eso es duro, ¡eh! Muy duro.
¿Y entrenar?
En primavera, verano, otoño e invierno. Siempre. Aunque hayas olas enanas o tengas un mal día, siempre.
¿Cómo se desahoga cuando está en competición y no llega la ola que necesita?
Si he empezado bien y he cogido dos olas buenas me refugio en la táctica, en el marcaje.
No, no... Me refiero a esos días en que el reloj corre pero no llega la posiblidad. Quedan cinco minutos...
Me tiro tres minutos con la misma letanía: Tía Lola, dame una ola; tía Lola, dame una ola. Pidiéndosela a alguien que tenga Ahí Arriba.
¿Y los dos siguientes?
Cojo cualquier ola, la que venga, y me lanzo a cuchillo, a machacarla.
Todo con tal de no quedarse sin...
Eso es. La competición no se acaba hasta que no suene la última bocina. Yo he perdido y he ganado competiciones en los últimos cinco minutos.
¿Quién surfea mejor: aquel capaz de volar como los ángeles sobre una ola perfecta o quien sabe sacar partido a toda condición de mar?
Un surfista tiene que ser todoterreno. Claro que te gusta surfear o ver como lo hacen otros en condiciones perfectas, pero tú no mandas sobre la naturaleza. Has de ser capaz de sobreponerte a lo que venga.
Habrá escuchado en casa más de una vez el canto de sirena de los estudios, los estudios...
Sí, claro que sí. La presión en casa existe y la entiendo, pero yo quiero dedicarme a esto de manera profesional. Hasta ahora he logrado combinarlo, pero se hará más difícil a medida que avance. Quiero acabar el bachiller y la selectividad...
¿Y?
Que me dejen un poco de aire, que me permitan intentar mi sueño. En Australia me dieron grandes esperanzas y esto loca por intentarlo.
¿Y su sueño es...?
Ser campeona del mundo absoluta. Para ser una surfista del montón me tiro de cabeza a los estudios. Pero no me quiero tirar el resto de mi vida pensando que hubiera pasado si...
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