Feliz no cumpleaños

Este martes, sin que yo lo supiera, fue mi no cumpleaños, y como buen no cumpleaños que se precie recibí un inesperado regalo en forma de olas casi perfectas.

Tenía ya asumido que la tabla de surf no iba a salir de su funda viendo los partes de olas y las previsiones. Aún así me pasé por la playa, había que aprovechar los cuatro rayos de sol que estaban cayendo.

Cuando llegué y miré el mar, vi que la marea estaba muy baja pero que se marcaban algunas líneas que el viento del sur peinaba. No había nadie en el agua, y aunque dudé unos instantes, decidí ir para el agua. Un baño es un baño, pensé.

Me cambié rápidamente y tire para la orilla. Allí había ya un par de corcheros poniéndose las aletas, los adelanté, entré en el agua, tiré la tabla y empecé a remar. Me di cuenta que había más mar del el que parecía.

Cuando llegué al pico me di cuenta que las olas tenían fuerza pero cerraban muy rápido. Cogí dos olas pero cerraron al instante. Iba a ser un baño complicado.

Cinco minutos después, no se qué pasó, las olas empezaron a subir de tamaño y algunas de ellas, a abrir perfectamente. Remar, coger la ola, surfearla, y remontar. Así durante 20 minutos en los que tan solo estuvimos cinco personas.

Luego, la gente empezó a entrar hasta llegar a la treintena. No me importó, yo ya había tenido mi regalo.