Los Bra Boys o como camuflar la violencia
Hay que ser idiota para tratar de mitificar la violencia, pero hay que ser más idiota todavía si luego quieres unirla al surf. Eso es lo que hacen los Bra Boys, un grupo de matones australianos, de gansters, en el documental que se estrenará el próximos día 15 de Marzo en Sidney.
En este “documental” intentan contar una historia de honor, hermandad y justicia. Claro que la historia está escrita, dirigida y protagonizada por los Bra Boys por lo que la objetividad no es es punto fuerte de la película.
Un grupo de chicos que se reunen en la playa de Maroubra, son de origen humilde, algunos blancos, otros aborígenes y que tratan de subsistir en un mundo que los desprecia. Su nexo de unión, además de la pobreza: el surf.
Cualquier integrante del grupo pelearán, incluso derramará su propia sangre por la de cualquier componente de los Bra Boys. La hermandad ante todo. Honor.
Pero lo que realmente son es un grupo de delincuentes que controlan la playa de Maroubra y atacan a cualquiera que aparque su coche donde no les guste o hagan una barbacoa sin su permiso. Y no te atrevas a llevar una tabla de surf.
Es el claro exponente del localismo puro y duro. En su día, colonizaron Cape Solander, una rompiente de roca muy peligrosa, famosa por un vídeo que colgué el otro día donde se ve a uno con un tajo en el cuello. Esa playa se llamaba “De Niro”, no me preguntéis por qué y la cambiaron por “Ours”. Ahora nadie que no sea un Bra Boy puede surfearla.
Cuando salen fuera de casa, siempre van en grupo, se adueñan de un pico durante horas o días sin dejar surfearlo a nadie que no sean ellos.
Protagonizaron grandes altercados en el 2005, cuando graves disturbios entre libaneses y australianos azotaron el sur de Sidney.
Varios de sus componentes han sido acusados de delitos tan variados como robo, asesinato, agresión, destrozo de propiedad pública y privada o violación. Unos angelitos, vamos.
Pero toda esa violencia la tiñen de valores más altos declarando que han sido la guardería de los abandonados, que han regulado el surf en sus playas y que su diversidad étnica prueba que no son racistas.
Casi todos los Bra Boys tienen algún tatuaje. El que más fama tiene en su grupo es uno que pone “My Brother’s Keeper”, una cita de la Biblia, de Ezequiel 27-17, recordada en una famosa secuencia de Pulp Fiction en la que Samuel L. Jackson dice:
El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad por que es el autentico guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos, y tu sabrás que mi nombre es Yahvé cuando caiga mi venganza sobre ti.
¿No es triste?
En este “documental” intentan contar una historia de honor, hermandad y justicia. Claro que la historia está escrita, dirigida y protagonizada por los Bra Boys por lo que la objetividad no es es punto fuerte de la película.
Un grupo de chicos que se reunen en la playa de Maroubra, son de origen humilde, algunos blancos, otros aborígenes y que tratan de subsistir en un mundo que los desprecia. Su nexo de unión, además de la pobreza: el surf.
Cualquier integrante del grupo pelearán, incluso derramará su propia sangre por la de cualquier componente de los Bra Boys. La hermandad ante todo. Honor.
Pero lo que realmente son es un grupo de delincuentes que controlan la playa de Maroubra y atacan a cualquiera que aparque su coche donde no les guste o hagan una barbacoa sin su permiso. Y no te atrevas a llevar una tabla de surf.
Es el claro exponente del localismo puro y duro. En su día, colonizaron Cape Solander, una rompiente de roca muy peligrosa, famosa por un vídeo que colgué el otro día donde se ve a uno con un tajo en el cuello. Esa playa se llamaba “De Niro”, no me preguntéis por qué y la cambiaron por “Ours”. Ahora nadie que no sea un Bra Boy puede surfearla.
Cuando salen fuera de casa, siempre van en grupo, se adueñan de un pico durante horas o días sin dejar surfearlo a nadie que no sean ellos.
Protagonizaron grandes altercados en el 2005, cuando graves disturbios entre libaneses y australianos azotaron el sur de Sidney.
Varios de sus componentes han sido acusados de delitos tan variados como robo, asesinato, agresión, destrozo de propiedad pública y privada o violación. Unos angelitos, vamos.
Pero toda esa violencia la tiñen de valores más altos declarando que han sido la guardería de los abandonados, que han regulado el surf en sus playas y que su diversidad étnica prueba que no son racistas.
Casi todos los Bra Boys tienen algún tatuaje. El que más fama tiene en su grupo es uno que pone “My Brother’s Keeper”, una cita de la Biblia, de Ezequiel 27-17, recordada en una famosa secuencia de Pulp Fiction en la que Samuel L. Jackson dice:
El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad por que es el autentico guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos, y tu sabrás que mi nombre es Yahvé cuando caiga mi venganza sobre ti.
¿No es triste?
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